miércoles, 17 de septiembre de 2008

Alfondo(yano)haysitio(nientran100)

A propósito de nuestra discusión acerca del cobro o pago de medio pasaje me permití copiar un texto que escribí hace algún tiempo, ojalá esté bueno... claro es un simple ejercicio, de ninguna manera un dogma de fe. Música mientras se lee esto, bueno, no se me ocurre nada en especial... A la mierda lo demás de Leuzemia?.


TRANSPORTE URBANO Y UNIVERSITARIOS: LA PROBLEMÁTICA DEL MEDIO PASAJE


Uno de los problemas que las personas que hacen uso del nunca bien ponderado servicio de transporte público deben observar a diario, camino a sus centros de labores, estudios o al regresar de los mismos, es el eterno enfrentamiento entre el tándem formado por choferes y cobradores versus el solitario gremio de los estudiantes universitarios.


Como parte de esta incomprendida e incomprensible y extraña razar de seres quienes aún creen en las posibilidades de un futuro mejor para lo cual, y después de una muy feroz batalla contra sus propios congéneres, ingresan a las universidades las cuales los premian acreditándoles como parte de ellas entregándoles aquellos pequeños, avolumétricos, cromáticamente discutibles y muchas veces inservibles carnés universitarios, claro, también llamados carnés de medio pasaje; decía, como parte de ésta raza de seres me permito una reflexión, si acaso protesta, respecto de los abusos por parte del enemigo natural y encarnizado, los transportistas.


Cierto es que existe una ley que ampara el cobro del pasaje universitario en horarios establecidos, pero así es también cierta la pluralidad de costos del mismo: los precios fluctúan en empresas de transporte que cubren las mismas rutas entre los S/. 0.80 y S/. 1.20 sino más, al menos así lo indican los transfer pegados en las muchas veces impresentables unidades de transporte urbano; sin embargo, al momento de mostrar el carné, ¡oh sorpresa!, el pasaje ha subido espontáneamente a S/. 1.00 el mínimo, no importa si la ruta es o no la equivalente al pasaje directo, el mismo que nunca o casi nunca es realmente ejecutado.


Ante esto, al menor reclamo y clase de matemática básica por parte de los universitarios o se bajan (sea o no su paradero, recuperen o no su dinero) o pagan lo que el cobrador y el chofer estipulan; frente a la negación a ésta última unilateral alternativa de solución, los transportistas optan por la tercera vía, y a veces también carril: no detenerse en los paraderos donde ven -acción tras la costumbre- posibles "medios" o "mochilas".


En vista de todo lo anterior, ¿Qué es lo que se puede hacer para remediar la situación? ¿Es que acaso puede aún hacerse algo? Tomemos en cuenta que nuestro país está formado mayoritariamente por jóvenes, quienes pertenecen en la mayoría de casos a universidades o institutos y por lo tanto portan el tan ansiado carné de medio -tres cuartos, si seguimos así- pasaje.


¿Acaso la implantanción de una ley ciega producto del régimen económico neoliberal adoptado por nuestros gobiernos es la solución? No, los hechos demuestran que no es suficiente una ley, pero tal vez sí su cumplimiento. El acatar la norma más allá de nuestra conveniencia, ir en contra de lo que se dice nuestra tradición (mal adoptada) de lo que siginifica ser peruano, sea quizá un atisbo de solución y no tanto el hecho de tener el suficiente cuidado y suerte de llevar consigo el pasaje -con sencillo, por favor- exacto, se convierta en el indicador de una generación más preocupada por la problemática social, más participativa y de la contra a aquellos que la califican de una juventud "pseudo-alpinchista".


Según lo expuesto, lo medular de éste problema no es la lucha por diez o veinte céntimos, sino el cumplimiento de una norma; el cobro del pasaje universitario es un derecho ganado hace algunas generaciones expresamente para las posteriores, una muestra de que para lograr un cambio sólo hace falta la decisión y la comunión de quienes quieren, aceptan, ser la solución y no el problema.